MUSICALES



35 años VAN VAN

 

Van Van, la orquesta de música bailable más importante de Cuba, celebró, el pasado 4 de diciembre, 35 años de vida. Para festejarlo ofrecieron un concierto en La Piragua, junto al malecón de La Habana, al que se dice acudieron cerca de doscientas cincuenta mil personas. Y no es de extrañar. En sus tres décadas y media de trabajo no ha habido un solo año en el que Van Van no haya sido la orquesta preferida por los bailadores cubanos. No ha habido un solo año en que Van Van no haya ocupado los primeros puestos en los Top musicales de la radio, la TV y  las ventas de discos cubanos.

 

 

    Pero Van Van no es uno de esos milagros que rompen todas las reglas del mercado y de la razón y que de  forma misteriosa se mantienen durante años y años en el sitio más envidiado por los artistas. En Van Van no hay misterio alguno; Van Van es la obra personal de uno de los más lúcidos, talentosos y atrevidos músicos de la historia de Cuba: Juan Formell.

 

    La música cubana ha sido desde siempre la expresión y el resultado de la labor de innumerables creadores, ejecutores, interpretes e instrumentistas de todas las regiones de la isla, que, con formación académica o sin ella, han ido sumando a ese árbol, que es nuestra mayor expresión como nación, los  frutos variados pero precisos con que hemos tentado al mundo hasta hacerlo sucumbir a nuestras melodías, textos y ritmos. Geniales, provocadores, sinceros, a lo largo de la historia es difícil no hacer reverencia ante todos y cada uno de quienes han convertido la música cubana en la más respetada de nuestras actitudes.

 

 

 

No obstante, me atrevo a aventurar que, entre tanta aportación y tan constantes revueltas musicales, ha habido tres momentos de verdadera revolución en la música cubana: 

 

La primera fue la llegada del Son a La Habana. Ese momento en que, desde las más orientales regiones de la isla, llegaba la simiente de lo que, al fundirse con los modos occidentales de hacer ritmo y armonía, hoy es conocido en el mundo entero como la música popular cubana.

 

La segunda es la aparición en el panorama musical bailable de un pianista de Matanzas llamado Dámaso Pérez Prado, y, con él, la internacionalización del Mambo. Visionario y vanguardista, Pérez Prado, que no fue su creador, llevó al Mambo su modo único y personal de hacer, y consiguió que el mundo entero bailara con la más intensa y famosa de nuestras expresiones musicales: el Mambo a lo Pérez Prado.

 

La tercera es una revolución musical que dura ya 35 años: Juan Formelll y su orquesta Van Van.

 


 

Cuando en 1969 abandona el trabajo junto a Elio Revé para formar su propia orquesta seguramente el joven Formell no imaginaba que con ello estaba dando inicio a un fenómeno sin antecedentes en la música popular cubana. Pues no se trata solo del sitio de preferencia indiscutible en el gusto de los bailadores de todas la edades durante tantos años.  Es también su condición de innovador del fenómeno de lo son  y los géneros que de ello se derivan. Es la revolución en la sonoridad, en los modos 

 tímbricos, la incorporación de los modismos del lenguaje popular, la capacidad de sintetizar la vida cotidiana en estribillos y pegajosas melodías hasta el punto de que en innumerables ocasiones se hace difícil precisar si Formell canta lo que dice la gente o es la gente quien habla como canta Van Van. (1)  

 

 Un afán de constante renovación ha marcado el quehacer de Formell-Van Van. De hecho Van Van no ha sido la misma orquesta siempre. Desde una primera típica orquesta charanga, reformada con una cuerda de violines amplificados, una sección rítmica que incluía batería, piano eléctrico, hasta la inclusión de sintetizadores y mas tarde trombones, Van Van  no se ha negado nunca a la evolución y su camaleónica adaptación a los nuevos tiempos la ha mantenido y mantiene siendo una orquesta moderna. Todo ello para recrear la expresión de ese nuevo estilo que ellos nombraron songo y que no es más que y una evolución del son tradicional  fusionado con elementos  de rock y jazz e integrado con ritmos caribeños.

 

35 años después de su creación Van Van sigue siendo la orquesta de baile más popular y querida de la isla. Y Juan Formell ese músico necesario que cada tantos años aparece con la cabeza llena de mariposas a poner patas arriba el panorama musical de la isla y posponer para lejanos tiempos el criterio de que el son está acabado.

 

 

 

 

 

 

(1) Los cubanos hemos integrado el término “vanván”, puede que de modo irreversible, en nuestro lenguaje. Cuando vemos un individuo presuntuoso, dado al alarde y la ostentación, decimos: “ese tipo se cree que es vanván”; “no alardees tanto que tú no eres vanván”. Podríamos definir el término vanván como: portentoso, extraordinario, superior...

En la película “Van Van, Empezó la Fiesta” observamos como hoy muchos jóvenes cubanos creen que Formell llamó a su orquesta Van Van debido al significado de ese término: vanván.

 

 

Rubén Aguiar Muñoz para La Reina de Cuba